miércoles, 8 de diciembre de 2010

Dalila: Buscando a Sansón en en la multitud

Hay dos cosas que siempre he odiado: Hacer colas y las noches de póquer entre hombres. Ambas actividades me parecen igual de insoportables. Hacer una cola equivale a perder el tiempo sin más fin que realizar un trámite: pagar algo, entregar un documento, actividades ellas que por lo general no tienen el menor atractivo que pague el sacrificio de estar parado en esa lenta e interminable procesión. 

Las noches de póquer o "just men" son la mariconada más aburrida del universo. No hay nada más desolador que gastar una noche completa en sentarte a beber y jugar estúpidos juegos de cartas sin más objetivo que matar las horas. Sin embargo, si la cola tiene como fin el que verán a continuación y el juego, o mejor el tablero de juego es esta dulce señorita, hacer una larga fila entre hombres desnudos está plenamente justificado. Disfrute, si es posible, una noche entre amigos como esta:



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